La plaza principal, Plaza de Armas |
Después de casi diez días en la “ciudad blanca”, como se la conoce a la pintoresca Arequipa, por sus construcciones blancas hechas de sillar –una piedra volcánica-, los salteños que participaron en dicha sede, en el marco de los Juegos Trasandinos Perú 2012, emprenderán el regreso. Luego del desayuno, saldrá la delegación compuesta por 38 personas rumbo a Tacna (Perú), allí se esperará por el resto de las delegaciones que saldrán desde sus distintas sedes para seguir viaje, mañana, con destino a Salta.
Una vez lejos de Arequipa los salteños no podrán olvidar a una ciudad mística, que reúne diversas características que van desde un clima soleado y seco –se encuentra a 2.400 metros sobre el nivel del mar en su zona sur y cerca de 2.800 msnm al norte-, por su herencia colonial y republicana basada en su arquitectura a través de iglesias, conventos y casonas; además de una gastronomía única, una de las más ricas del Perú. Todo esto, y más, motivo que la Unesco declarase el centro de la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Hablar de Arequipa es hablar de la segunda ciudad o región –como le dicen en Perú- más importante del país, después de Lima, la capital peruana. Es tener siempre presente a tres imponentes volcanes, uno de ellos activo en la actualidad: El Misti (5.823 metros de altura) es el emblema de la ciudad, su majestuosidad lo hace ser el símbolo de Arequipa al punto tal de ser reconocidos como “mistianos” o “hijos del misti”. Luego están los otros dos, no activos y llamados nevados, el Chachami (6.087 metros de altura en su cumbre central) y el Pichu Pichu (5.540 metros de altura), ambos son un importante factor de belleza en la armoniosa Arequipa.
Claro que la “ciudad blanca” no se agota solo en eso, sus históricos lugares se extienden a lo largo y ancho de su superficie: El Colca, un valle donde se conservan iglesias y edificios de estilo barroco mestizo; El valle de los volcanes, lugar donde sus pequeños volcanes, que van desde los 30 metros de altura, forman un espectáculo propio de la prehistoria y, en el corazón mismo de la ciudad, la plaza principal llamada Plaza de Armas. En fin, hablar de Arequipa es hablar de lugares, tradiciones y hombres que marcaron y marcaran su huella en la historia, Mario Vargas Llosa es uno de ellos, el arequipeño premio Novel de Literatura.
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