La Plaza de Armas, en Cusco |
Cusco
(Leo Destéfano).- Ubicada al sureste
del Perú, en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes, allí está
Cusco, la antigua capital del Imperio Inca. La ciudad histórica de Perú, declarada
Patrimonio de la Humanidad, encantó a este puñado de salteños que llegó para
participar de los Juegos Trasandinos.
De aspecto colonial, rodeada por
edificios históricos y ese aire Inca que se respira por cualquier calle que se
camina. Así es Cusco, la capital del departamento homónimo, en el Perú, que
cuenta con una población de más de 360 mil habitantes.
Pese a que Cusco fue sacudida por un
fuerte terremoto en 1950, la ciudad conserva muchos edificios, plazas y calles
de épocas precolombinas. Esto motivó que la UNESCO la declare Patrimonio de la
Humanidad, en 1983. A partir de allí, Cusco comenzó a ser uno de los destinos
turísticos más buscados y esto influyó favorablemente en la economía del Perú.
Caminando por las cercanías del hotel
en horas de la noche, llegamos hasta la Plaza de Armas. Un lugar imponente. Pasear
por el lugar es como retroceder en el tiempo y llegar a la época colonial.
Algunas edificaciones conservan algunos muros incas y son dignas de admirar.
Hacia un lado, la Iglesia de la Compañía de Jesús. Para el otro, la Catedral de
Cuzco, edificada entre los años 1560 y 1664.
Recorriendo la historia cusqueña, encontramos
una hermosa coincidencia con nuestra Salta la Linda. Dentro de la Catedral se
encuentra la imagen del Señor de los Temblores. Según la tradición, la imagen
fue enviada desde España por el rey Carlos V como obsequio a la ciudad. Cuando
Cusco sufrió un terrible terremoto en 1650, algunos feligreses tomaron esta
imagen, que por entonces estaba casi olvidada, y la sacaron en procesión. La
población entendió que este hecho había provocado la detención de la
catástrofe. Desde entonces se lo llamó "Señor de los Temblores" y se lo
declaró Patrón Jurado del Cusco. Su fiesta se celebra, con una gran procesión,
cada Lunes Santo. Una increíble similitud con nuestra historia del Señor y la
Virgen del Milagro.
Así es Cusco. En cada esquina nos
cruzamos con turistas de todo el mundo. Cada vez que levantamos la mirada hay un
paisaje envidiable. Y por si esto fuera poco, la gente es muy cálida y amable. Una
ciudad que combina muy bien la historia, el patrimonio y el turismo.
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